lunes, 21 de octubre de 2013

El "rastrillo", pesadilla viviente


Me llena de oscura y fría alegría comunicaros, fieles lectores de Miedo Magazine, que entramos en la última semana antes del conocido mundialmente día de los difuntos o "día de todos los santos", y con él, la que es una de mis festividades favoritas, Halloween. En ésta ocasión prometo algo que he llamado un "menú especial" ya que tendremos doble sesión de historias de terror el día de hoy, y, si tienen éxito, el día antes de Halloween subiré algo que quizás esté siendo una sensación en internet entre los amantes de los personajes de creepypasta, el enfrentamiento entre dos de los personajes más populares del horror actual, algo que llamaremos "Versus" y que, quién sabe, igual en el futuro da lugar una nueva sección de ésta vuestra revista de horror favorita de internet. Pero dejemos de hablar de nuestro incierto futuro y vamos con la historia. ¿Veis la imagen superior? ¿Os resulta familiar? Seguramente sí, ya que es una criatura muy famosa en el mundo del horror. Su nombre original es "The Rake" que traducido al español es algo así como "El rastrillo". No se tiene conocimiento del origen de ésta criatura, pero, al parecer, ataca a las personas mientras duermen, entrando en sus dormitorios y observándolas detenidamente, sin embargo, no parece matar aleatoriamente, ya que tiene la suficiente inteligencia para elegir víctimas, pero es cierto que prefiere a los niños y niñas de entre 5 y 10 años . Así pues, aquí les dejo una historia que tiene como protagonista, al "Rastrillo".

Éste oscuro caso, tiene lugar al otro lado del charco, más concretamente en la famosa ciudad estadounidense de New York (Nueva York en español). Una chica de pueblo, de unos 23-24 años más o menos, acababa de dejar su hogar natal para irse a estudiar a la gran ciudad. Dicha chica, tenía un problema, y es que no tenía amigos, pues desde siempre había sido homosexual, por lo que era marginada por sus compañeros y compañeras de clase desde temprana edad. Alquiló un bonito y pequeño apartamento a una media hora de camino de la universidad a la que iba a estudiar. Vivía sola, pero estaba feliz e impaciente por empezar su curso de Biología Avanzada. Esa noche, la víspera del comienzo de curso, la chica decidió acostarse temprano, ya que debía descansar y no quería llegar tarde a su primer día en la universidad. Sin embargo, sus noches se iban a convertir en un verdadero infierno desde entonces. Pasaban las 2 de la mañana, y la chica despertó de pronto, con una extraña sensación. Levantó la cabeza por encima de las sábanas y paseó la mirada por la habitación a oscuras, cuando de pronto, su mirada se detuvo fijamente en dos puntos redondos que brillaban, uno junto al otro, en la oscuridad. Durante unos instantes, la chica no fue capaz de distinguir que eran aquellos puntos, así que se incorporó un poco y "enfocó" su visión en aquellos puntos, los cuales, una vez que la vista de la chica se adaptó a la oscuridad del dormitorio, resultaron ser dos brillantes y espeluznantes ojos, que la miraban sin pestañear. Esos ojos pertenecían a una extraña criatura, de aspecto humanoide, de mediana estatura, encorvada, de piel pálida y muy delgada, como si llevara meses sin comer nada, y en cuyas manos tenía unos dedos extremadamente largos terminados en afiladas garras. Al ver aquello, la chica se asustó, y rápidamente se tapó hasta la cabeza con sus sábanas, preguntándose qué era aquello y qué hacía en su dormitorio. Pasados unos minutos, la chica descubrió su rostro de entre las sábanas y dirigió su mirada hacia el lugar donde había visto a la criatura, y al no encontrarla allí pensó que lo había imagino...aunque para su horror, los ojos de la criatura surgieron de repente junto a la cama, frente a su rostro. La chica dio un grito ahogado y retrocedió en la cama, cubriéndose con sus sábanas, temblorosa. Pero entonces, la criatura levanto su brazo y, con sus largas garras, agarró con cuidado la sábana y la apartó del cuerpo de la joven, solo para sentarse junto a ella y pasar la noche observándola con toda su atención. Una vez que la joven se acostumbró a la presencia de la criatura, pudo darse cuenta de que ésta tenía rasgos físicos femeninos en su cuerpo, por lo que pensó que tal vez fuera una hembra. El cansancio pudo más que el miedo y, a la mañana siguiente, la chica despertó en su habitación, estaba totalmente sola, y se encontraba sana y salva. Rápidamente se arregló y salió de la casa camino de la universidad, donde, aunque le costó, consiguió olvidar la extraña experiencia de la noche anterior. En el camino de vuelta, la joven se detuvo al ver un pequeño gato negro en una caja de cartón en mitad de la calle. Ya que era amante de los animales, no pudo evitar agacharse y acariciar al gatito, aunque luego se disculpó con él, ya que su casero no quería animales en casa, se despidió y continuó su camino. Al llegar a la casa y dirigirse a la cocina a prepararse su almuerzo, casi se le para el corazón de horror, al ver que, en el fregadero, se encontraba el cuerpo descuartizado del gato que había visto por el camino. Corrió a su habitación, se hecho en la cama, abrazo su almohada y lloró asustada el resto del día, hasta que anocheció. Esa noche, la joven sufrió nuevamente la visita de la misma criatura, quien, al verla llorando, se acercó a ella, extendió su brazo y, con suavidad, acaricio el rostro de la aterrorizada chica con una de sus garras, la cual, al entrar en contacto con el rostro de la joven, la manchó de sangre, que enseguida supo que se trataba de la sangre del gato, cayendo en la conclusión de que aquella criatura era muy celosa y sólo quería a la joven para ella. Al día siguiente, en la universidad, apenas pudo concentrarse en las clases, y, al anochecer, decidió que no quería volver a casa, pues sabía que la criatura la esperaba allí, así que, para despejarse, decidió ir a tomar algo. Entró en una discoteca, y allí, entre copas y bailes, conoció a otra chica, muy atractiva, con la cual acabó besándose, haciendo que su nueva amiga la hiciera olvidar sus problemas por un instante. Sin embargo, cuando esa noche volvió a casa y se acostó, la criatura surgió junto a ella, gruñendo y mirándola con los ojos llenos de ira. Asustada, la joven se incorporó en la cama y se abrazó las rodillas, solo para ver como la criatura le mostraba en alto un brazo humano, el cual, en uno de sus dedos llevaba el mismo anillo que usaba la chica que había conocido aquella noche. La criatura se acercó más a la joven y, al oído, le susurró "Tu eres mía, de nadie mas que mía", lo que hizo que la chica, horrorizada, cogiera el teléfono y tratara de llamar a sus padres, para decirles que quería dejar la ciudad y volver al pueblo. Sin embargo, pensó en que aquello solo asustaría a sus padres, que eran personas mayores, y no quería darles un disgusto, ya que era lo único que tenía en la vida, así pues, simplemente se resignó, y todas las noches recibía la visita de la criatura, que se limitaba a observarla desde una esquina de la cama. Una noche, la joven estaba viendo en la televisión un programa muy divertido, y en momento dado, sonrió. Entonces, la criatura se retorció y cayó al suelo, con gesto de puro dolor. Al ver aquello, la joven pensó que, tal vez, existía una esperanza de liberarse de aquella pesadilla, y es que, si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él. Así pues, todas las noches, cada vez que veía a la criatura, le sonreía, le hablaba dulcemente, incluso le lanzaba besos de buenas noches. Con cada uno de esos gestos, la criatura se iba debilitando más y más, hasta que un día en el que la joven le dijo "que descanses, te quiero" la criatura se retorció de dolor, gritando como si algo la quemara por dentro, y finalmente, se desplomó en el suelo, sin vida. Entonces, feliz, la joven decidió que al fin su vida había vuelto a la normalidad y que podría retomar sus estudios sin miedo. Pero entonces, esa noche, la chica empezó a sentir como varias manos tocaban su cuerpo, y como éste se desplazaba de un lado a otro, y finalmente, abrió los ojos, para darse cuenta de que se no se encontraba en su habitación, si no en una habitación totalmente diferente, levantó la cabeza y se percató de que curiosamente podía ver a la perfección en la oscuridad, descubriendo como un chico joven, de más o menos su edad, la miraba a ella, con rostro de horror. Desconcertada, la joven levantó sus manos y se las miró, descubriendo que en lugar de dedos ahora tenía unas largas y afiladas garras de piel pálida. Se tocó su cuerpo, el cual estaba muuuuy delgado y desnudo. Entonces, comprendió, levanto la vista, miró al aterrorizado chico a los ojos, y sonrió.

Si la historia te gustó y quieres saber más sobre "El rastrillo" o "The Rake" aquí dejo éste enlace, que os llevará diréctamente a la mayor fuente de información sobre los personajes de creepypasta de la red. Ahora sean buenos, y vayan a dormir...

ENLACE: http://creepypasta.wikia.com/wiki/The_Rake


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